Hay que suponer que las palabras falten, supongamos que la música podría ser incomprendida sin su acérrima compañera: la poesía. Sin ultrajes y de ilustre manejo de la palabra, Joaquín Sabina nunca ha negado en ser el único artista que haya explorado a profundidad nuestra lengua, y haga giros y maromas, entre los puntos y las comas; entre el abecedario y tesauros, de formación literaria con bombín y guitarra; tirando los anzuelos al mar del desconsuelo, sin chamullar lunfardo ni atesorar el pasado, Sabina emprende su regreso al México de su inspiración, de su desvelo, del tequila y los recuerdo.
El artista español Joaquín Sabina cruzara el charco Contra Todo Pronóstico para ofrecer una serie de conciertos en nuestro país, iniciando el 25 de octubre en Puebla; 27/29 octubre y 02/08 noviembre en Ciudad de México, Auditorio Nacional; Guadalajara el 05 de noviembre en el Auditorio Telmex y concluye su estancia mexicana el 11 de noviembre en Monterrey. Aun puedes compras entradas a través de contratodopronostico.com o visita jsabina.com para más información.
El regreso de El Flaco de Úbeda traza sus rutas obligadas, recientemente cumplió sus 74 años el pasado 12 de febrero y cuenta con 18 álbumes de estudio y otros más grabados en directo junto a Alberto Pérez, Javier Krahe y Joan Manuel Serrat. En su faceta de escritos a publico cancioneros y poemarios. A colaborado con artistas como Miguel Ríos, María Dolores Pradera, Silvio Rodríguez, Raphael, Jorge Drexler, Café Quijano, Mercedes Sosa, Caballeros de la Quema, Alejandro Sanz, Julio Iglesias, Carlos Varela, Juan Carlos Baglietto, Chavela Vargas, Pelo Madueño, Juanes, Los Secretos, Pablo Milanés, Estopa, entre otros.
Sus canciones han sido una fuente de inspiración y admiración para muchos artistas, de homenajes y tributos han sido bastantes los artistas que han interpretado sus canciones desde Bunbury, Fito y Fitipaldis, Julieta Venegas, Dani Martín, Rufus T, Firefly, Adriana Varela, Carlos Sadness, María Jiménez, Alvaro Urquijo, Rosario, Melendi, Carmen Paris, por mencionar algunos. El apego a la música popular y las corrientes de vanguardia han llegado repercutir en su obra y es que en los tiempos donde la música da pasos gigantes jugar al filo de la navaja es válido, claro, Joaquín lo ha hecho, su evolución fue musical ha sido paulatinamente acertada y su ilustre manera de escribir lo ha llevado a ser uno de los grandes referentes de la música contemporánea en nuestro idioma.
EL ROCK AND ROLL DE LOS IDIOTAS
A veces cuesta relación al mundo del rock con artistas como Joaquín Sabina y cuestionarlo es más claro que el agua turbia, pero esta irrupción fue posible sin necesidad de acrecentar su figura a niveles comerciales como Dylan on the rock o el propio Leonard Cohen, ambos con acercamientos más visibles al rock y a la psicodelia, quizá no lo digan ellos, lo dicen sus canciones.
El rock siempre ha estado ligado a la obra de Joaquín, entre personajes o anécdotas, inclusión colaboraciones, así como ha sido su basta relación con la literatura y sus máximos exponentes. Existe esa ruta paralela donde Sabina ha sabido manejar esos circuitos y conexiones, esos acercamientos que vuelven aún más mítica su figura, como aquel encuentro con George Harrison en 1974, cuando un joven Joaquín se ganaba la vida tocando en los bares y restaurantes de Londres, en uno de esos tantos giros que da la vida llego al Mexicano – Taberna, cuando se percató que entre el público se encontraba el ex beatle celebrando su cumpleaños, Harrison le dio 5 libras de propina que Sabina atesoro por mucho tiempo, años más tarde confeso que los extravió en alguna mudanza.
Sabina ha manifestado en múltiples ocasiones su admiración por Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan autor del tema “Knockin’ On Heaven’s Door” publicada en la banda sonora del film de Sam Peckinpah, Pat Garret y Billy the Kid de 1973. Dicha canción ha sido versionada por artistas como Eric Clapton, U2, Guns N’ Roses, Lana del Rey, Roger Waters y hasta el filipino Luid Eduardo Aute; mientras para Joaquín es la canción más hermosa del siglo XX y que en variación con el tema de Antonio Flores “No Puedo Enamorarme de Ti”, Sabina hizo su versión resumida como un doble homenaje.
España 1984. Sabina esta por publicar Ruleta Rusa y Bob Dylan llegaría en el verano por vez primera a dar un concierto en el campo del Rayo Vallecano, en Madrid, con Santana y un grupo español llamado Minuit Polonia como telonero. Al día siguiente Joaquín se encontraba cortándose el pelo en una peluquería de la calle Almirante y por el espejo vio a Dylan descender de un coche para dirigirse a hacer unas compras; a su regreso Joaquín a paso veloz salió de la peluquería para poder estrechar la mano de su ídolo y preguntarle si se había comprado sus botas de cuero español, aludiendo al tema grabado para “The Times They Are A-Changin” (1964). Pero cuando Sabina apareció, el de Duluth lo miro a los ojos y el de Úbeda enmudeció.
En la obra sabinera hay bastantes referencias y guiños al universo de Robertito Zimmerman, incluso a dedicado un soneto y escritos en diarios al poeta de Minnesota. A Joaquín Sabina se le ha llamado El Dylan Español, cosa que el mismo Joaquín niega diciendo que es un traje que le queda muy grande, y es que sus influencias parecieran estar envueltas en estambre y terciopelo, yendo de Georges Brassens a Domenico Modugno, de Camarón de la Isla a Lou Reed, de Atahualpa Yupanqui hasta José Alfredo Jiménez.
Sus acercamientos el rock español con Javier Gurruchaga de La Orquesta Mondragón quedaron registrados en el directo Joaquín Sabina y Viceversa (1987), en los ilustres años del aclamada Movida Madrileña. En 1995, Los Rodríguez, la banda liderada por Andrés Calamaro publica el álbum Palabras Más, Palabras Menos incluyendo el tema “Todavía Una Canción de Amor” coescrita con JS. Un años después la banda se despide realizando una gira junto al español. El contacto con El Salmón –como también se le conoce a Calamaro– no fue el único, pues en sus primeros años en España, Joaquín fue un amigo y guía que le abrió las puertas al argentino y se puede escuchar a un joven Andrés haciendo coros en temas como “Pastilla Para No Soñar” (1992) y “Viridiana” (1996), además de concretar una amistad que ha durado por años, incluso han llegado a compartir el mismo escenario al igual con Charly García quien puede apreciarse su voz en la canción “Es Mentira” del álbum Yo, Mi, Me, Contigo de 1996 y dos años seria Sabina quien devolvería la hazaña en el tema “Tu Arma en el Sur” de Charly García, incluida en el álbum El Aguante (1998).
Pero el despunte de rock top fue la dupla Sabina y Páez en 1998 con el álbum Enemigos Íntimos. Un proyecto donde las emociones se mezclaron internacionalmente y las facturas fueron altas, hubiese sido interesante haber visto aquella gira que se planeaba, sin embargo, el álbum gozo de éxito merecido destacando temas como “Llueve Sobre Mojado”, “Delirium Tremens” y “Más Guapa Que Cualquiera”. En 1999 publica 19 Días y 500 Noches, considerando por muchos como su obra cumbre y por la cual su repertorio tomo un rumbo distinto al tiempo que la década dorada del rock en español daba sus últimos destellos y vendría una buena estrella para el nuevo siglo. Sus siguientes álbumes de estudio Dímelo En La Calle (2002) y Alivio de Luto (2005) son ejemplo perfecto donde canalizar y disuadir sonidos, un cambio nada radical pero marcado y por supuesto abierto a nuevas propuestas que vendrían a confirmarse años después.
En 2009, Sabina publica Vinagre y Rosas, bajo la producción de Pancho Varona, Antonio García de Diego y José Antonio Romero. En este álbum participa la entonces banda Pereza, integrada por Leiva y Rubén Pozo, quienes producen dos temas “Tiramisú de Limón” y “Embustera”, ambas canciones conservan esa esencia rockera española. Otra de las canciones es “Crisis” con una letra más filosa disponiendo de un rock aún más intenso. Quizá este fue el primer contacto de Sabina y Leiva, pues en 2017 el ex Pereza produjo Lo Niego Todo, además se muestra un Sabina renovado y limando asperezas del pasado. Las canciones contienen tintes modernos y la influencia del rock continúan asentándose en temas como “Sin Pena Ni Gloria”, “Lágrimas de Mármol”, “Las Noche de Domingo Acaban Mal” y hasta un reggae de alivio en ¿Qué Estoy Haciendo Aquí?
El rock ha sido una base innegable para muchos artistas que incluso no van por el mismo rumbo musical. Joaquín Sabina es uno de ellos, hasta lo han clasificado como un artista de pop, trovador de corazón y folclorista, y es verdad, porque a lo largo de sus más de 40 años de trayectoria ha mostrado su gusto por los géneros tropicales que también ha dejado registrado en algunos álbumes, sucede lo mismos con el rap, el tango, flamenco y el son cubano. Sin duda alguna Sabina es un artista irrepetible al que se le debe prestar bastante atención cuando se escucha y también cuando se lee; su amplio público está listo para recibirlo nuevamente en tierra azteca e inspiración variopinta de la música en nuestro idioma.