EL PODER DE LA MÚSICA EN TODA SU PLENITUD EN LA ÚLTIMA EDICIÓN DEL FESTIVAL ESTÉREO PICNIC

Reseña: Diana Carolina Zúñiga @dcarozu
Fotos: @andreswolf

Vivimos la última edición del FEP que se llevo a cabo en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, Colombia.

 

Regresar a la vida en su normalidad es un choque energético fuerte, aunque solo fueron cuatro días de festival, al recibir demasiada información, escuchar tanta música y caminar más de 10 kilómetros diarios el cuerpo y la mente se encuentran en un lugar extraño que cada persona vive diferente. En mi caso me gusta revivir los momentos y hacer un recuento por todo lo vivido.

Para las personas que no conocen Bogotá, la ciudad se encuentra a 2.625mt sobre el nivel del mar, lo que quiere decir que para cualquier persona que no está habituada a esto le puede ser difícil respirar y en casos extremos sentir soroche o malestar de montaña (que es ocasionado por la dificultad para adaptarse a la baja presión del oxígeno a gran altitud), esto hace que para la mayoría de los artistas extranjeros sea necesario oxígeno al momento de sus presentaciones. Quizás por eso el Festival Estéreo Picnic ha sido un gran logro para la ciudad ya que ha conseguido grandes line ups con bandas que ni en los más remotos sueños imaginamos ver en algún momento en vivo.

Aunque el mundo está en constantes conflictos, la música siempre será un lenguaje universal que nos une y tal como lo dice el slogan del festival “el presente” se convirtió en lo único importante durante los cuatro días.

El primer día llegó cargado de emoción y ansiedad, se presentaban bandas que tocaban por primera vez en Colombia, además que el FEP llevaba años realizándose fuera de Bogotá y está fue la primera edición dentro de la capital, lo que aumento la curiosidad de vivir la fiesta en el Parque Metropolitano Simón Bolívar (el parque más grande e importante de la ciudad, además de estar ubicado en el centro geográfico de esta).

El siguiente es un recorrido por algunas de las presentaciones que logramos ver en estos días, ya que fueron más de 18 presentaciones por día, en las 4 tarimas principales, para un total de 82 shows. Además de los espectáculos de los escenarios alternos: más de 27 en el Templo del Perreo, y más de 24 en el Club Aora.

El FEP subió el telón con Buha 2023, banda colombiana que abrió el escenario CeraVe con una presentación impecable, con buenos visuales, donde interpretaron canciones de su primer disco “Amoral Inmortal” y sus últimos sencillos “Todos Son Ingenuos” y “Cruzan”.

La primera sorpresa fue Hozier, el cantante irlandés quien con su voz desde que entonó la primera nota dejó descrestado a todo el público. Fue la primera presentación extranjera de la tarima principal, convocando a mucho público. Mientras pasaban las canciones notábamos como su banda lo complementaba de una forma mágica (la tecladista es colombiana) y en su hora de presentación lograron cautivarnos. Cerró con su canción más escuchada “Take Me to Church”.

Luego fuimos al escenario Adidas a ver a King Gizzard & the Lizard Wizard, los australianos que cancelaron su presentación en el festival hace unos años por el Covid-19. Iniciaron su concierto con “The Dripping Tap” conectándonos desde el primer momento en ese viaje de sonidos y visuales llenas de colores y texturas. Cantaron un repertorio de canciones de diferentes álbumes, tienen más de 20 en su carrera de 10 años. El cierre perfecto para salir del trance psicodélico fue “Iron Lung”; después de su show nos dejaron muy claro que el rock aún está vivo y puede ser hecho con miles de matices desde la psicodelia hasta el trash metal.

Le siguieron Future Islands, la banda de synth pop estadounidense tocó mis fibras cantando canciones como “Plastic Beach”, “Peach” y “Long Flight”. En un show donde su vocalista Samuel T. Herring se destacó por su interpretación llena de pasión, transmitiendo las líricas de la banda de una manera magistral.

La primera noche continuó con una de las presentaciones más esperadas, Limp Bizkit quienes después de más de 30 años de carrera visitaban por primera vez el país con sus integrantes originales: Fred Durst, Sam Rivers, DJ Lethal, Wes Borland y John Otto. La gente estaba muy contenta y desde su primera canción “Break Stuff” no pararon de corear y saltar. Tocaron un setlist que dio justo en la nostalgia noventera con canciones como: “Rollin’ (Air Raid Vehicle)”, “Take a Look Around”, “My Way” y “My Generation”. Cerraron repitiendo “Break Stuff” y al despedirse nos dejaron con “Don’t You (Forget About Me)” canción de Simple Minds.

Bajándole un poco a las revoluciones volvimos al escenario principal a ver a King of Leon quienes fueron la última presentación del día en este espacio. A pesar de ser la banda que cubrió el lugar de Paramore el escenario estuvo bastante lleno. Cantaron clásicos como “Molly’s Chambers”, “Waste a Moment”, “Radioactive” y sus muy conocidas “Use Somebody” y “Sex on Fire” con la que culminaron.

El cierre de la jornada estuvo a cargo de Floating Points quien fue la cuota electrónica. En total 32 mil personas hicieron parte del primer día del FEP.

 

Luego de una primera jornada llena de buenos sonidos, donde fue necesario contenerse un poco para guardar energía para los demás días, dio inició el segundo día con la cuota de jazz del festival a cargo de Anamaría Oramas y su banda, quienes acompañados de una linda tarde recibieron al público que comenzaba a llegar al parque.

La tarde continuó con Nothing But Thieves, una banda inglesa de rock alternativo e indie rock. La energía que transmitieron fue muy alta y la voz de Conor Mason estuvo increíble. Algunas de las canciones que tocaron fueron “Is Everybody Going Crazy?”, “Oh No::He Said What?” y “Amsterdam”.

Para darle la bienvenida a la noche vimos a Phoenix, quienes comenzaron su show con “Lisztomania” (la cual repitieron al final por problemas técnicos). Sus espectáculos se caracterizan por la energía que transmiten, y este no fue la excepción, Thomas Mars se movió de lado a lado del escenario y varias veces bajó a acercarse al público, hasta hizo body surfing por varios minutos. Los visuales minimalistas pero llenos de símbolos fueron el complemento para la fiesta.

La banda de Michigan Greta Van Fleet, quienes fueron los encargados del concierto inaugural del festival un día antes de este, hicieron que la noche continuará con mucho rock and roll, demostrando por qué son uno de los referentes del género del siglo XXI. Tocaron “The Falling Sky”, “Safari Song” y su tan conocida “Highway Tune”. Cabe resaltar que el solo de teclados a cargo de Sam Kiszka fue un gran momento, al igual que el solo de guitarra de Jake Kiszka en la canción “Heat Above” y la voz de Josh Kiszka que fue muy poderosa en todas las canciones.

Mención especial para James Blake quien comenzó su presentación muy pop y terminó en electrónica. Sam Smith, con una presentación impecable, y SZA fueron la cuota pop de la segunda jornada. El merengue estuvo a cargo de Proyecto Uno con un escenario llenísimo en donde pusieron a todos a mover las caderas. El cierre del día fue electrónico a cargo de Verraco, Black Coffee y Four Tet.

 

El festival continuaba y la música seguía congregándonos. Llegamos al tercer día y como todos los días anteriores al ingresar al parque se sentía como entrar a otro mundo por unas horas. La jornada comenzó con la cuota rap a cargo de El Kalvo quien nos dio una presentación llena de naturalidad y sinceridad, con una puesta en escena que lo mostró como todo un predicador de las letras crudas y honestas, dedicó su presentación a su hijo (anunciando el embarazo con su pareja).

Luego la salsa fue protagonista a cargo de Fruko y sus Tesos celebrando 60 años de carrera, encendieron al público para la fiesta que se avecinaba. Cambiamos de tarima para ver a Poolside quienes con su toque funk amenizaron el atardecer, casi al final de su presentación hicieron un maravilloso cover de “Harvest Moon” de Neil Young.

Entrada la noche vimos a M.I.A. quien es una cantante, compositora, productora musical, artista visual y directora británica de ascendencia tamil cingalesa que lleva más de 20 años trabajando en la industria, era su primera presentación en el país. Con un show donde ella era el foco de la gran tarima demostrando así su fuerza y presencia, aunque quizás hizo falta algo de conexión ya que invito al público al escenario por unos momentos y se sintió como si nadie entendiera, de igual forma dejó en evidencia que las mujeres están presentes y pegando fuerte en la escena del rap.

Dentro los shows sorpresa del festival, en las carpas alternativas tuvimos un concierto por parte de la agrupación colombiana Monsieur Periné quienes se encargaron de presentar todos sus clasicos, acompañados de una banda sinfonica femenina pusieron a corear al público bogotano que acudieron a su presentación ya que tuvieron esta opción un poco más pop rock,  mientras en las tarimas principales estaban los exponentes del reggaeton y que no todo el público esperaba.

La noche siguió con una de las cerezas del line up, Placebo, que a pesar de estar en medio de artistas urbanos lograron llenar la plaza con su fanaticada. Su show comenzó con “Taste In Men” canción que no tocaban para iniciar un concierto desde el 2006. De su último álbum tocaron “Beautiful James”, “Surrounded by Spies” y “Try Better Next Time”. También tocaron sus clásicos “Too Many Friends”, “For What It’s Worth”, “Song to Say Goodbye”, “Infra-red” y “The Bitter End”. Vi varias personas llorando, y no era para menos, tuvimos que esperar 14 años para que la banda regresará a Colombia y nos dieran uno de los mejores conciertos del día.

El cierre de la noche estuvo a cargo de Who Made Who, el grupo danés compuesto por Tomas Høffding, Tomas Barford y Jeppe Kjellberg, quienes nos llevaron por un viaje a diferentes universos con sus sonidos y voces. Su puesta en escena en donde parecían en medio del espacio fue hermosa. Luego, con la última energía disponible, vimos a Kittin, una de las mujeres pioneras del techno mundial que nos sacó los pasos finales.

 

El último día del festival, aunque la mayoría lleváramos jornadas maratónicas, el parque se percibía más lleno, se sentía ese energía de la gente buscando vivir el presente a través de la música. Comenzamos la jornada final con Verito Asprilla, la tumaqueña estuvo en la tarima acompañada de cuatro bailarines y un dj; en un momento de la presentación dedicó una de sus canciones a su mamá que se encontraba entre el público. Nos puso o bailar y nos dejó listos para lo que seguía.

Aprovechamos al máximo la tarde, vimos a Ruzto y La Etnnia, ambos dejando en alto el rap colombiano. Luego nos acercamos al escenario principal para las que serían las presentaciones más importantes de la jornada: The Vaccines, la banda británica de indie abrió el telón para que el rock se tomara el espacio que estuvo lleno desde muy temprano.

Al caer la noche aparecieron The Offspring, emocionados pues fue el cierre de su gira “Let the bad times roll us” en el FEP. Desde su primera canción “Come Out and Play” la plaza del Simón Bolívar se convirtió en un campo de energía donde nadie podía permanecer quieto, con cada riff era necesario saltar y cada estrofa gritarla con pasión. Tocaron varios de sus clásicos que hacen parte de sus 40 años de carrera como: “All I Want”, “Want You Bad”, “Why Don’t You Get a Job?” y “The Kids Aren’t Alright”, además del cover de “Blitzkrieg Pop” de los Ramones. Gracias a sus saludos y conexión con la audiencia fueron la presentación que tuvo el público más enérgico de todo el festival.

A su concierto le siguió Blink-182. Su show de hora y media estuvo lleno de clásicos y unos visuales muy entretenidos. A pesar de que creía que sería la presentación más importante sentí al público un poco más apagado y cansado, también ganaron las ganas de grabar antes de vivir lo que sucedía. El momento más conmovedor fue cuando Mark Hoppus dedicó “I Miss You” en memoria de Taylor Hawkins que murió hace dos años mientras se llevaba a cabo el FEP. Su espectáculo terminó con una gran ovación y algo de pólvora.

El verdadero cierre del festival estuvo a cargo de la banda canadiense Arcade Fire quienes, desde el inicio de su presentación, hicieron gozar al parque. Su repertorio lleno de canciones fuertes sonó sin parar, sacando la poca euforia que aún quedaba en los asistentes. “Reflektor”, “Afterlife”, “The Lightning I y II” y “Ready to Start” nos subieron a tal punto que no sentir los pies era un premio al baile desenfrenado, bajaron un poco la velocidad con “The Suburbs” para luego de otros temas culminar invitando a Li Saument de Bomba Eséreo a cantar “Fuego”, momento donde los juegos pirotécnicos salieron de varios espacios y se sintió cómo estábamos a muy pocas horas de terminar la experiencia del festival este año. Cerraron su gran presentación con “Everything Now” donde invitaron a las drags del Club Aora para acabar con broche de oro.

Aunque parecía no haber más energía sacamos los últimos cartuchos y vimos a The Blaze, el dúo musical francés nos aterrizó y cerró la experiencia festivalera como debe ser, con unos bajos que te llegaban hasta el último poro de la piel.

Luego de estar cuatro días disfrutando del presente, sintiendo cómo cada momento se llenó de melodías y cómo cada instante fue irrepetible e imborrable, reflexiono acerca de los festivales y cómo estos nos ayudan a salir de la cotidianidad, a olvidar por un momento la prisa; y es que eso es la música en vivo, una entrega a gozar la vida, a vivir el ahora.