Desde medio día los más fieles al ritual de Los Dioses Ocultos se dejaban ver enfundados en ropas oscuras, grupos de chicas y chicos en cueros negros con su mejor outfit para el sábado que pintaba chingón desde las inmediaciones del Campo Unión Patriotas de la Eterna Primavera (que ya no es tan eterna). En los dorados años noventa, Saúl Hernández y Alfonso André se asociaron para abrir el bar El Ritual del Perro en Cuernavaca, al cual se descolgaba la crema del rock nacional de cuando en vez para darse un respiro capitalino y echar la fiesta.
No sé si estos Caifanes de hoy tengan nostalgia de aquellos años en la capital Morelense, lo cierto es que su regreso la dejo impregnada en el poco césped del Campo y clavada en cada uno de los corazones enteros o rotos que fueron hasta allí a exprimirse el pulmón y todos los estados humanos posibles, pero para llegar coleteando a las 8pm — hora en que saldrían a tocar — tuvimos que tragarnos horas musicales, empezando por el arte subyugado en manos de Pehuenche que llego puntual al encuentro para despilfarrar armonías de suave folclor. Un ambiente dulce y remilgosos con tintes dreariness se disparaba a través de temas como “Dos amantes” y “Por ella” en compañía de la encantadora voz de Clara Besfamille y la trompeta de Sir Hope.


Por supuesto que el Patriotas continuaba recibiendo a todo quien llegara con boleto en mano y sin objetico prohibidos. Si su banda favorita tocaba más tarde pues llegaban justo a tiempo para agregar a Donovan Morales al repertorio, que sin banda ni respaldo de segunda voz y con algunas complicaciones técnicas el muchacho de 29 años se rifo el show con todo el profesionalismo que un verdadero artista posee.

Eran la 4:20pm cuando los de Ecatepop pisaron el escenario. De indumentaria fresca, tan casuales unificados todos de lentes oscuros; Odisseo inauguro un nuevo trance del festival desarreglando la emperifollada atmosfera de sus antecesores. Juan, la voz y al frente confirmo ser el frotman de una auténtica banda clásica. Rock, wave y bailecito a través de once canciones, una dosis justa y vitamínica que Little Jesus vendría a rebautizar bajo nuevos influjos sonoros a través de sus rolas como “La Magia”, “La Historia Sin Fin”, “Cabras”, “T.Q.M,” y “Azul” que terminaron con la palidez intermedia de la tarde a más de uno de los cientos de congregados al ritual que se acercaba.





A esta altura la noche se había instalado ya, el leve frío y pequeñas ráfagas de viento hacían presencia, familias enteras, gente mayor y de todas las edades estaban más que puestas para presenciar a sus ídolos, pero mientras el tiempo corría llegaba el turno de Francisco Familiar, Edgar Hansen y Erik Neville. DLD suministro la energía necesaria para que la jornada siguiese su curso, además de la memorable “Mi Vida”, el tema “El mapa de tus ojos” tuvo un halo de nostalgia y gratitud para los corazones fuertes.



La cereza del pastel de esta edición arribaba a escena puntualmente, mientras el frio arreciaba, Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Rodrigo Baills y Marco Rentería afilaban las expectativas del publico que ya se encontraba más que listo para El Ritual que se venía saboreando desde el inicio de la jornada. La congregación era una masa oscura, fue notoria la descongestión humana cuando término “La negra Tomasa”. Los DLD estaban por ahí cantando, riendo y pasando el momento con los suyos disfrutando de los éxitos que marcaron a toda una generación.







Fue evidente la cantidad de publico que fue por “La célula que explora”, “Afuera” y “No dejes que”. Caifanes se llevo la noche con la grandeza y entereza de los años, pero faltaba disfrutar de Porter que reventó la agonía de esta edición y en los últimos estribos orquestales del día aterrizaría la nave nodriza tripulada por Julián, Emilio y Yamil. Titán aniquilo el cansancio, puso a bailar a la poca multitud que sobrevivió hasta el final de la jornada.





Cuernavaca Sunrise en su tercera edición tuvo ese balance entre lo más clásico y lo más novedoso, un line up digno de playlist adolescente, un ilustre desfile de estrellas y presentaciones memorables para la capital de Morelos. Lo sucedido el pasado 29 de noviembre en el Campo Unión Patriotas en Cuernavaca fue apoteósico, tantas emociones, tantas letras de canciones al unisonó, todos únicos en una sola voz coreando su tema favorito en convivencia de hermandad y respeto, porque al final ese es un valor que la música nos regala y nada mejor que Cuernavaca Sunrise para vivirlo, para sentirlo.
