Desde Xalapa, Veracruz, La Inminente Sociedad vuelve con su nuevo álbum “A Duras Penas”, un trabajo que mezcla ska, punk, reggae y cumbia para hablar de todo eso que duele, pero que también mueve.

La banda xalapeña La Inminente Sociedad estrena su segundo álbum de larga duración titulado “A Duras Penas”, un disco que refleja tanto las luchas personales como los retos colectivos que enfrenta una banda emergente. Lejos de ser solo un título, A Duras Penas resume la historia de resistencia y pasión con la que el grupo ha construido su camino dentro de la escena nacional.
Este nuevo material mantiene la esencia festiva del ska, pero la cruza con géneros como el punk rock, el reggae y la cumbia, dándole una identidad sonora particular, muy ligada a su origen xalapeño. Entre los temas del disco destacan historias de desamor, añoranza, arrepentimiento y olvido, con letras que, pese a su melancolía, conservan la energía y el ritmo que invitan a seguir bailando.
Grabado y producido por Connan Contreras Sánchez (Los Aguas Aguas) en Rodben Records, el álbum reúne ocho canciones que muestran la versatilidad y evolución de la banda. Entre ellas se encuentran “El Perdido”, un ska que retrata el arrepentimiento; “Vendaval”, un viaje sonoro entre la neblina xalapeña; y “Copa de Vino y Traguito de Ron”, un homenaje bailable al Día de Muertos. También resalta su colaboración con Ángel Guerrero “Baby Aventurero” en la adaptación “Me Llamas / Un Velero Llamado Libertad”, y el regreso de “Sangre Nopal” en una versión más poderosa y simbólica.

Con este lanzamiento, La Inminente Sociedad reafirma por qué se ha convertido en una de las bandas veracruzanas más activas del ska actual. Su paso por festivales como Cumbre Tajín, Costa Esmeralda Fest y Xalapa y su Cultura ha dejado claro que su propuesta tiene fuerza, identidad y mensaje. “A Duras Penas” es, sin duda, una celebración del esfuerzo, la vida y la música que se resiste a desaparecer.
Ya disponible en todas las plataformas digitales, “A Duras Penas” invita a dejarse llevar por la energía del ska y a reconocer en sus letras esa cotidianidad que todos compartimos: la de vivir, sentir y resistir “a duras penas”, pero siempre con el corazón encendido.
