La banda mexicana presenta un debut cargado de distorsión, energía ritual y oscuridad narrativa.
Desde la Ciudad de México y con una propuesta que escapa de lo convencional, Brujo Negro irrumpe con fuerza en la escena con su primer EP homónimo: “Brujo Negro”. Más que un disco, la banda lo define como un portal: un ritual sonoro nacido de la improvisación, el misticismo y la necesidad de invocar emociones profundas.
Compuesto a través de lo que llaman “improvisación ritual guiada”, el EP fue grabado en sesiones nocturnas, sin un guión fijo. Cada track es una ofrenda cruda que juega con la distorsión, los ritmos pesados y una atmósfera cargada. “No tocamos canciones, abrimos portales”, afirman. Y esa consigna se siente desde los primeros segundos.
El EP incluye cinco temas inéditos: Animal, Inmortal, Espíritus, Niños de la Obscuridad y War. El sencillo principal, Animal, mezcla riffs malditos, percusiones densas y una letra que evoca a una criatura cambiante, acechando en la noche. Inmortal, otro tema que reflexiona con crudeza sobre la fe, la muerte y las contradicciones humanas, al ritmo de una base densa y oscura.

Brujo Negro está formado por cuatro integrantes y toma inspiración de proyectos como Sepultura, Nirvana, The Mars Volta y mitologías paganas, creando su propio universo narrativo. Cada canción forma parte de una mitología inventada, donde lo espiritual, lo simbólico y lo auditivo se cruzan. Su sonido mezcla rock, stoner y heavy con un enfoque ritual que en vivo se siente más como un trance que como un concierto.
Este lanzamiento es apenas el primer sello roto. El ritual apenas comienza.