“AIRE (Ya No Me Falta)” es más que una canción: es una cicatriz hecha melodía, un himno de supervivencia nacido de uno de los capítulos más oscuros en la vida de Sofía Élan. Desde la infancia, la artista convivió con la ansiedad, un miedo constante que con el tiempo se transformó en un trastorno alimenticio, autolesiones y un ciclo de autosabotaje que se prolongó por más de trece años. Aunque gran parte de ese periodo pasó inadvertido por su carácter “crónicamente funcional”, la caída fue inevitable.
Fueron necesarios tres internamientos, un proceso terapéutico profundo y una larga lucha interna para poder levantarse. En ese camino, la música se convirtió en su refugio y motor. Cantar le devolvió la fuerza para seguir creando y le permitió reconciliarse consigo misma. Hoy, sin buscar la perfección, Sofía Élan canta desde un lugar de cuidado, vulnerabilidad y resiliencia, reconociendo la importancia de pedir ayuda y levantarse incluso en los días más difíciles.
La canción se erige como un susurro firme que repite: “Aunque el vuelo sea en caída, que no me falte el aire.” Un mensaje íntimo y universal al mismo tiempo, dedicado a quienes cargan el peso del mundo sobre los hombros, a quienes han callado su dolor por miedo o culpa, y a todos los que transitan un proceso de sanación.
Con “AIRE (Ya No Me Falta)”, Sofía Élan ofrece un espejo de esperanza: vas bien, no estás sol@.