Con “Infierno”, Dislette da un paso inesperado en su evolución musical. La banda conformada por Edu, Andrei y Alexis abandona su zona de confort y se atreve a contar una historia cargada de dramatismo, tanto en lo lírico como en lo sonoro. Esta vez no se trata solo de una canción, sino de una escena completa, casi como una obra en tres minutos, donde un personaje al borde de la muerte confiesa sus actos y expone los motivos que lo llevaron a cometerlos.
La narrativa de “Infierno” mezcla ficción y realidad. Aunque parte de una ejecución imaginaria, el trasfondo remite a problemas sociales reales: personas que, por necesidad o convicción, cruzan la línea del bien y el mal. Dislette logra plasmar este dilema moral con crudeza, sin caer en el juicio, dejando que cada quien saque sus propias conclusiones. Es una propuesta que busca incomodar, reflexionar y, sobre todo, conectar.
Musicalmente, la banda toma influencias del emo clásico y las fusiona con elementos propios de la música mexicana, una mezcla poco común pero que aquí funciona con fuerza. La producción está pensada para reforzar la tensión de la historia: guitarras densas, baterías precisas y una interpretación vocal intensa. El resultado es una canción que suena a catarsis y que ha encontrado una gran recepción en los shows en vivo desde que comenzó a formar parte del setlist en 2024.
“Infierno” no solo marca un nuevo capítulo para Dislette, también deja claro que están dispuestos a arriesgarse, a hablar de temas incómodos y a buscar un sonido que se sienta propio. Si aún no has escuchado su nuevo sencillo, esta es la señal perfecta para hacerlo y sumergirte en una historia que no se olvida fácilmente.
