“Deceivers”, su nuevo trabajo discográfico, supone la constatación de ello. Y es que quién le diría a Michael Amott, allá a mediados de los noventa, que la banda que estaba formando llegaría a ser un referente de eso que unos denominan death metal melódico y que a otros nos parece heavy metal clásico con voces guturales. Y no sólo eso, sino que además han creado una imagen propia, aún más acentuada y personalizada desde que Alissa White-Gluz entrara como frontwoman, siendo éste ya el cuarto trabajo de estudio (si bien uno de ellos es un disco de versiones y rarezas) que registra con la banda.
“Deceivers” es la cumbre de los ARCH ENEMYmás melódicos y heavies. Estamos ante un disco de fácil escucha y asimilación, con temas que llegan a la primera escucha donde la melodía juega un papel crucial, siendo la vía a través de la cual caminan el resto de los elementos. No obstante, también encontramos un par de temas más escondidos hacia el final del álbum. No tan pegadizos, pero igualmente interesantes, sobre todo a la hora de analizar hasta dónde llegan las fronteras musicales de la banda.
En cuanto a los miembros de la banda, lo primero que hay que señar es que tanto Michael Amott como Daniel Erlandsson llevan destacándose como grandes compositores desde hace ya varios años, siendo ambos quienes llevan el peso de las creaciones. De hecho, comentaban en la reciente entrevista que mantuvieron con Rafa Basa que ambos se aislaron un tiempo para escribir y comenzar a dar forma a las canciones que conforman “Deceivers”. Como instrumentista, Michael tiende más a buscar la melodía, delegando la técnica en el gran Jeff Loomis aunque dejándolo en un segundo plano que incomoda a todos aquellos que sabemos lo mucho que pueda dar este gran guitarrista. Por su lado Daniel es uno de los baterías más alucinantes (y quizás poco reconocidos para el estatus que posee su banda) de la actualizad, o así me lo parece) que forma una más que notable pareja rítmica junto a Sharlee D’Angelo, el miembro más discreto a nivel musical y escénico, pese a su imponente figura. Sobre Alissa, no cabe duda de que se ha convertido en el centro de atención, llevando a la banda a nuevas cotas de popularidad, no tanto por su llamativa imagen sino por su gran talento como artista. La canadiense no sólo sabe cómo llevar el peso de una actuación, sino que además es una portentosa vocalista y no sólo a nivel gutural. En esta ocasión, White-Gluzz vuelve a mostrarnos su registro melódico tal y como hiciera con anterioridad, pero otra vez de manera meramente testimonial, en un solo tema, dejándonos con ganas de más. De hecho, si uno repasara el resto de las canciones pensando en pasajes dónde la cantante podría haber cantado en melódico, seguro que encontraría muchos más momentos donde este tipo de voz podría haber sido utilizado en detrimento de los guturales. En mi caso, al menos así ha sucedido.
El disco viene muy bien definido y representado por los singles que lo han precedido y son una buena representación del mismo. Y dichas canciones, son: “Handshake With Hell”, un perfecto tema de apertura que aúna el heavy – ¡qué pedazo de riff! – con la melodía con unos magníficos estribillo e interludio cantados en voz limpia por Alissa y un excelso trabajo de guitarras coronado con un buenísimo duelo entre ambos hachas; la corrosiva “Deceiver, Deceiver” que -casi- bautiza el álbum, siendo una de las piezas más agresivas en él recogidas, del que destaco una certera base rítmica donde Erlandsson y D’Angelo dan lo mejor de sí mismos; “In The Eye of the Storm” como un medio tiempo de riff machacón a caballo entre el heavy y el thrash y un juego de guitarras melódicas rellenando por debajo realmente bueno; “Sunset Over the Empire” que es otro temazo heavy y machacón donde el bajo marca el camino a seguir para lo que es la estrofa y su desarrollo hasta que todo se torna más atmosférico a la hora del coro; y el fantástico “House of Mirrors” con otro pedazo de melodías, riffs y solos de guitarra soberbios entre Michael y Jeff. En definitiva, cinco canciones (eso sin contar con la que presentaron en Wacken y que pronto lanzarán recogiendo las imágenes de dicho concierto) con sus respectivos video clips de once en total que contiene el disco. ¡Y cinco aciertos, he de apostillar!
Lo que nos queda para el resto, no le va a la zaga en cuanto a calidad. “The Watcher” es otro tema veloz y pegadizo, de los que te llegan a primera escucha (y la que digo que tocaron como regalo/sorpresa en el festival más famoso de Alemania el otro día) con una melodía de guitarra que va coloreando lo que es el estribillo, muy en la onda de lo que hicieron en “War Eternal”. En “Poisoned Arrow” (probablemente mi favorita del disco), lo que más llama la atención es ese juego melódico de notas deslizadas a través del mástil en la guitarra que me recuerda mucho al estilo del gran Michael Schenker (del que Amott es un reconocido acérrimo). “Spreading Black Wings” es lo más oscuro, lo menos accesible del disco y, – ¿por qué no decirlo? – lo que más se podría asemejar musicalmente al death metal. “Mourning Star” es una breve instrumental donde en poco más de un minuto y bajo una sencilla y hermosa melodía conductora, se desarrolla el resto de la canción, sirviendo de introducción para “One Last Time”, otro tema muy heavy (sí, ya sé que lo repito mucho, pero es que esa es mi sensación a casi cada pasaje que escucho) con un puente bastante curioso donde Alissa hace de narradora y un estribillo donde una vez más la guitarra lleva la melodía y el paso, aunque lo que verdaderamente se sale de las seis cuerdas aquí es el juego de solos y cómo estos desembocan en el último y evocador coro. Por último, “Exiled from Earth” es otro tema con un Groove muy marcado. Dentro de lo que es la manera de llevar el riff y los ritmos de la estrofa, bien podría ser una canción de AMON AMARTH.
Y esto es, en definitiva, lo que podemos encontrar en este notable “Deceivers”. Un disco que les ha tomado su tiempo desde aquel “Will To Power” que tiene ya cinco años, pero cuya espera ha valido la pena. Un peldaño por debajo del grandísimo “War Eternal” (opinión totalmente subjetiva mía, por supuesto) pero manteniendo el estatus de gran banda que, por derecho propio, son desde hace años
La banda llegará a México para presentar este nuevo material en el Hell and Heaven.