Para todo hay una primera vez y está ocasión le perteneció a Bunbury quien por vez primera piso el Autódromo Hermanos Rodríguez con sold out ante más de 66mil personas que presenciaron el regreso del español a la Ciudad de México. No hubo excusa cuando un par de hora antes del show la lluvia fue protagonista por más de una hora, mientras los fans llegaban a la puerta 6 y 15 empapados, algunos previeron su impermeable, otros se lo improvisaron y el resto adquirió los instantáneos platicos que los ambulantes comúnmente venden en las inmediaciones del recinto.
Los más despistados venían enfundados con sus playeras de Pink Floyd, Megadeth, Guns N’ Roses y Bowie, algunos se personificaron como el anfitrión de la noche con cueros negros y sombrero. Mientras la lluvia continuaba, el público accedía a la Curva 4 del Autódromo a esperar el encuentro con el héroe de la noche mientras se coreaba ¡Enriiiiique! ¡Enriiiiiique!, las condiciones del lugar no eran las mejores debido a que la constante lluvia formo un mega charco donde Checo pasara alguna vez, pero poco importo porque hasta la lluvia se detuvo cuando Bunbury apareció sobre el escenario juntos a Los Santos Inocentes dando apertura con Nuestros mundos no obedecen a tus mapas, porque un nuevo regreso tiene que llegar con nuevas rolas.
El primer KO llego temprano con Cuna de Caín y el desliz al caos mundial vendría con Despierta. Y como bien lo dijo el de Zaragoza, que haría un recorrido por épocas pasadas y no hizo espera más para interpretar El Rescate que pondría al público en sintonía con la nostalgia en un viaje a ninguna parte, probablemente el tema que amortiguo el concierto con apenas cinco canciones del setlits. Bunbury de lentes oscuros, traje negro y pañoleta roja — esta vez no recurrió a sus usuales botines— hacia participe al publico en los coros de temas Más alto que nosotros solo el cielo, Que tengas suertecita y El Extranjero. Verdaderamente era un ir y venir por alrededor de 40 años de trayectoria y cuando el show llego pleno a su mitad sonó Desaparecer el cuarto track de su última placa Greta Garbo (2023) y uno de los temas más significativo en su carrera escrito tras abandonar su gira en 2022 por motivos de salud.
“Hace cosa de dos años yo pensaba que esto no iba a volver a pasar. Cantar para todos ustedes, cantar con mis compañeros juntos en un escenario. Afortunadamente, la vida te lleva por caminos raros, te trae siempre sorpresas inesperadas, sorpresas que no mereces. No saben lo agradecido que estoy de poder estar aquí con todos ustedes, interpretando canciones y que se abra una nueva puerta a la esperanza, para hacer algunos conciertos más, ¿quién sabe? No nos volvamos locos, vamos a disfrutar el presente. Estoy eternamente agradecido por acompañarnos en este momento tan especial”. Expreso Bunbury,
La gran apuesta en el Autódromo se dio en el momento que El Aragonés Errante se puso el sombrero y tomo la guitarra. Quizá el tema cantado más longevo repertorio. Apuesta por el Rock and Roll que fue el segundo KO de la noche, una pista húmeda de baile rocanrolero, un tema favorito del público mexicano que condujo a las baladas rompe venas Porque las cosas cambian y De todo el mundo. Para un artista como Enrique que integro una de las bandas de rock más elogiadas de todos los tiempos es imposible dejar afuera de su repertorio y más cuando los tiempos lo exigen y las nuevas generaciones conocen su pasado, así Entre dos Tierra tuvo el goce del conglomerado, fue desafiante al poderío que pudo emitir aun así sonó potente aunque en esta versión rebozara de ligereza, pero era la voz de su creador que le otorgaba toda la garra necesaria y el brío inminente, así lo hizo también con Maldito duende, las viejas glorias vuelven a casa.
Todos fuimos testigos del cortejo nupcial cuando se escuchó el penúltimo tema La constante. Las miles de parejas que se dieron cita aprovecharon semejante derroche se cursilería para abrazarse y disfrutar esta canción en medio de un abrazo o un beso infinito. Y, aunque este recital no fue una pelea de box, este si fue el tercer KO in the night. Bajo toda licencia y con el corazón que se desborda, Bunbury no dejo de mostrarse agradecido durante las 2hrs que duro el show, y por supuesto el broche final lo dio con Y al final… un melancólico coro resonaba al unisonó, todos en una sola voz brindando por el aporte poético-musical de nuestro héroe de la noche, Enrique Bunbury.